Triada poética | Daniel Olivares Viniegra

CANCIÓN QUE EN VERDAD NUNCA FUE CANTADA

Me iré,
ya no puedo seguir luchando
(contra todos
contra el mundo).
Me iré ya no puedo vivir luchando.

¿Qué es lo que tengo contra ti?
Sólo el argumento de la flor
contra el fulgor de tu fusil.

Me iré,
porque la paz sea de todos
y porque el vivir o el morir
no me salvarán de mi impotencia.

Pero nunca es cobardía;
llamémosle resignación.
Me iré, ya no puedo existir luchando.

Guarda mis amores,
mis perfumes,
mi canción
en un cofre de amor
en un rincón de amor…

Abandónalos al tiempo
y ábrelos sólo cuando llegue la hora
de revivir:
la ilusión.

DESPUÉS DE LA DERROTA

Estas ansias de militar
de estar loco por completo
de ubicarse al rumbo
cual torrente a la
cas
ca
da . . .

No pueden ser más el mundo de lo creíble.

«El fin está en cada paso hacia el olvido».

Porque no creo en el amor ni en los amantes:
ya no más la flor sobre la banca
ni el beso clandestino tras la plaza.

«Caerá la lluvia iluminada
y borrará el recuerdo de esta tarde».

Se ríen los pájaros del viento y el alma
corre deslizada
hacia la fuente del haber no haber podido.

Cruje el remolino interno del barranco
y me llama
me llama:
hondo
en
lo
profundo . . .

No cabe un día más en la derrota.

¡Qué absurda madre Naturaleza!
Cuando no hay pan el hambre arrecia
Y cuando hay. . .
¿A quién le toca. . . ?

Que crean los que aún no han crecido.
«La mitad del sauce está de luto
y la otra mitad aún no ha nacido…»

Llamarán a mi puerta:
–»Yo estoy muerto».

La necesidad del hombre es
llenar el espacio con un grito.

«Amén, que así sea».

El rostro del futuro será:
el Lindero que aquí
se
ha
derrumbado.


DE DESPEDIDA

Por hoy las aguas que ayer nos unieron
vuelven a separarnos.

Riberas mojadas, vibrantes, húmedas
de sudor y lágrimas
dejamos.

Te vas; me quedo.

Bandera sola
a mitad de la
laguna

Quizás me hundirán poco a poco
pero se quedará anclada tu voz a la mía.

Y aquí estarás salvándome
lejana–ausente:
conmigo.

Mientras tanto
guardaré tu recuerdo y tu amor:
«pequeña paloma, corazón sonriente»
la luz luminosa de mi esperanza
entre las fronteras del bien
y del blanco pecado:

Sembraré flores y árboles
y rosas rojas libertarias
para coronarte
y coronarnos

Para cuando regreses
para cuando lleguemos:
cansados, voluntarios, animosos…

Para cuando con otros recuerdos
y otros olvidos…
arribemos por fin al lugar
donde nuestros soldados
verdes y gloriosos
sean en verdad:
Los héroes de la Patria.

DANIEL OLIVARES VINIEGRA. Poeta, narrador, crítico literario y difusor de la cultura. Colabora en diversas revistas formales y virtuales. Ha participado en varios encuentros literarios de carácter nacional e internacional. Es autor -entre otros- de los libros: Poeta en flor… (CCMM, 1987), Sartal del tiempo (Praxis, 1991), Arenas (UAS, 1996), Atar(de)sol (Cisnegro, 2016) y Antiparras: antipoemas para lectores sin prejuicios (Trajín, 2017). Premio Interamericano de Poesía, Navachiste 1995. Pertenece al consejo editorial de las revistas electrónicas El Comité 1973 y La Piraña. Es además coeditor del proyecto Humo Sólido.

Publicado por: Nadia Contreras

Nadia Contreras. Escritora y maestra. Autora de poesía, ensayos y cuentos. | Academic and writer. Author of poetry, essays and short stories. Sitio personal: https://www.nadiacontreras.com.mx/